Triste y vera historia de mis andanzas en la Finca Santa Veracruz, parte i de n

Pues sí señores, debido a la insistencia del mamaestro quintanilla, escribiré mi historia del por qué paré en la capacitación de la Finca Santa Veracruz, y de las terribles historias que cuentan y suceden allá.

Resulta que, un buen día de verano, el Sope (aka Eli, aka Chiva, aká su valedor) caminaba deambulando por los retorcidos senderos de la Arabronx (foreva!), cuando del mismísimo cielo (o del infierno, quién podría avisarle que estaba de cabeza?), le llegó la gran idea, la única y original:

Conseguir un empleo de medio tiempo para solventar los gastos personales y/o/sí y solo sí/u de pareja. Así que entre occ.com.mx, el universal dominguero y chambanet (a lo que llega uno en épocas de desesperación), y sorpresivamente. encontró uno en la última dirección. Finca Santa Veracruz solicita operario de cafetería.

Bingo! La solución correcta a un problema añejo (o tal vez, o más bien nuevo, pero esa es otra historia, Nana Goya dixit). Un lugar donde pudiera estar sentado la mayor parte del tiempo, hasta me daría oportunidad de estudiar mientras algún pobre gato acercábase y comprábame un café capuchino de crema irlandesa. Pero, oh lord!, oh diosito bimbo!, las cosas son siempre demasiado bien maquilladas.

Llegué cierto tiempo después, solicitud de empleo en mano, rasurado, cuasi bien vestido, y hasta peinado!!! Todo un joven estudiante con el futuro por delante (y el pasado por atrás metido hasta el ...): entrevista, me dicen que tres semanas de capacitación: una para aprender a preparar el café, las otras para... pos no más para chingar la borrega, y exprimirte hasta el último reducto de libertad (che ardido que soy, yeah ).

Y pues adelante. Más motivado que siempre (se necesita estarlo para levantarse a las 630 para llegar a las 730 al metro normal), estuve yendo una semana a mi capacitación para aprender a hacer café (y eso que acostumbro comer bien), de 730 a 930... Cuatro gatos, yo casi el mayor, la capacitadora de 19!!!! (y estaba buena la méndiga)... 5 días de tragar café como loco... eso fue lo relax y chido, lo peor vino a la semana siguiente...

La onda allí es tenerte dos semanitas moviéndote en los famosos "remolques". Que en realidad sí son remolques, pero.. chaa... Si quieren saber de lo que hablo, a los que fui estaban: 1.- Por el metro eugenia, en la tesorería del lugar, y 2.- en la tesorería del metro san antonio!!! (Sí, hasta el pinche distribuidor vial!!!). Ni madres de gente para comprar, ni madres de cosas para ver.. aburrido hasta la chingada. Y lo peor, lejos como solo Teques puede estarlo. Por cierto, para que te treparan a un matiz (perdón por los propietarios de uno), te ubicaran al remolque del día, y tuvieras que aguantar todo eso había que llegar al mismo lugar, metro normal, pero a las 630 am... o sea, salir de la arabronx a las 540 a más tardar... Del nabo, no?

El único día chido (que fue el último que resistí), fue al stand que hay dentro de canal once (arriba el poli!!!). Ta chido: las oficinas, un chingo de gente comprando, presión, etc., pero era demasiado, no creo que pudiera soportar eso con la escuela a cuestas, y todavía fuera de reglamento.

Y... no recibí paga alguna por todo este ajetreo. Como nota, cabe acotar que el día que decidí no seguir yendo, fue el último día que vi a mi mujer.

Pos cámara, servidos están, cuídense todos.

Eliel